El frío helaba sus
pulmones y quemaba su garganta con cada aliento que exhalaba. La
niebla impedía ver cualquier rastro de cielo que pudiera haber en
ese momento sobre la ciudad, en las calles se elevaba como un humo
que emanaba desde el suelo y las casas desaparecían, pareciendo
aquello una ciudad fantasma. Sin embargo, los londinenses ya estaban
acostumbrados. De vez en cuando los faros brillantes de un coche
alumbran las gotas que flotan en el aire, cruzaban con su velocidad
la bruma y la tranquilidad volvía al sitio. Pero había algo más en
el aire, algo que no se veía pero era fácil de sentir. Una
sensación de poder que provocaba miedo en el ambiente, un miedo que
te ponía los pelos de punta te impedia salir a la calle. Te
paralizaba las piernas y el corazón te lo aceleraba como nunca antes
lo habías sentido latir.
Audrey odia ese
sentimiento. Le hace sentirse débil y vulnerable, y eso es lo último
que podrías esperar de alguien como ella. No soporta cuando quiere
aferrarse a su capa como si fuera un escudo incluso más fuerte que
el que pudiera crear con su propia varita. Las manos le tiemblan y la
respiración tan rápida la cansa. Siente que todo su interior arde,
pero por fuera el cuerpo le tiembla de frío y las manos empiezan a
quedarse dormidas. Se detiene debajo de una farola y mira a ambos
lados de la calle. Como si eso fuera a servir. Si en ese momento
hubiera un ejército de mortífagos esperándola a ambos lados de la
calle, ni los vería. Respira hondo e intenta calmarse. Un perro
olería su miedo en kilómetros. Error. ¿Miedo? Si alguna vez
hubiera experimentado eso, ahora mismo estaría muerta. Se vuelve a
sacar la nota de papel del bolsillo. Lo ha doblado tantas veces que
parece que se fuera a desvanecer de sus manos. Candem Town, nº
22, piso 7, . Conocía ese sitio de sobra, y sin embargo no sabía
si aquel era el lugar correcto. Quizás debería haberse quedado en
su casa, podría ser una trampa. De todos modos, no perdía nada.
Cruza la calle y se coloca bajo otra farola parpadeante. No sabe si
tiene que esperar a alguien, y lo más importante, según el papel,
se supone que la dirección marca una casa. ¿Qué casa?, allí solo
hay un portal con el número 22, el piso que marca su nota no está
por ningún lado . Mira a las casas que tiene frente a ella, pero no
ve nada raro. Luego mira su reloj, ya es la hora. ¿Y si solo le han
tomado el pelo? Bueno, rodarán cabezas en ese caso.
Suspira, formando una
gran nube de vaho delante de ella. En ese momento, su oído capta un
sonido que vuelve a acelerar su corazón. Mueve sigilosamente su mano
hacia la capa, donde tiene la varita guardada, y se gira en la
dirección del sonido. Se aleja unos pasos de la farola para
ocultarse en la penumbra y espera. Unos pasos lentos que poco a poco
se convierten en una sombra, puede que algo más alta que ella. Traga
saliva y escucha el ruido de su propio gesto. Se aferra con fuerza a
su varita. Se da cuenta que no tiene miedo, no como antes cuando
había caminado por las calles vacías. Aquello le llena de
adrenalina. La sombra llega hasta colocarse justo debajo de la farola
donde había estado ella antes. La luz empieza a parpadear con más
frecuencia, tanto que hay un momento en el que le resulta difícil
divisar el encapuchado. Lleva una capa parecida a la suya, ¿será el
mensajero? Entonces es cuando lo ve. Se quita la capucha y sus ojos
se encuentra con el menor de los Black. Puede que ahora todo tenga
sentido.
- ¿Sirius? – exclama
Audrey casi sin darse cuenta, mientra baja la varita.
- Ya pensaba que habías
salido corriendo – responde el muchacho en tono burlón.
La joven se guarda la
varita en el mismo sitio y camina apresurada hacia el chico. Quiere
saber qué hace él allí, o más bien qué hace ella en ese sitio.
Sirius le guiña un ojo de manera divertida, tranquilizando a la
morena. Empieza a caminar y Audrey lo sigue sin pensarlo dos veces.
Puede que otro en su situación se negara, pero conocía a Sirius, no
era como su familia. Ni siquiera parecía un Black, si no contásemos
el color de su pelo. Entran en el portal que marcaba el número y
Sirius abre la puerta ruidosa de un ascensor que a Audrey no le da
muchas confianzas. Un movimiento brusco pone en movimiento el
cacharro tras que el muchacho haya tocado algo que Audrey no ha
conseguido ver, estando más preocupada del estado del ascensor. Es
un espacio bastante reducido, una tercera persona sería demasiado
para ese lugar. Audrey se inclina levemente hacia un lado para ver
los numeros que marcan los botones, y por supuesto no hay ningún 7.
Se da cuenta que el chico la está mirando, y entonces le vuelve a
sonreir. El ascensor para de golpe y Audrey respira tranquila cuando
vuelve a pisar suelo firme. Cuanda salen del espacio, Audrey puede
leer sin dificultad alguna Planta Séptima en un cartel
metalizado, colocado justo en frente del ascensor. La chica se queda
mirándola, allí había algo raro.
- Pasa – escucha que
dice el muchacho, sacándola de su ensimismamiento.
Cuando entra le indica
donde puede dejar la capa colgada, en un pequeño perchero colgado de
la pared que se enconde cuando la puerta de la entrada se abre. Se
desviste observando el lugar que la rodea. No parece un piso muy
grande, de hecho parece bastante antiguo. Se da cuenta que Sirius la
ha dejado sola. Un largo pasillo sin apenas luz aparece ante ella,
sin embargo sabe que no tiene nada que temer. No si Sirius Black la
ha llevado hasta allí. A su izquierda se da cuenta que hay un
pequeño mueble con un espejo colgado de la pared. No, el espejo tan
solo flota en el aire. Cuando agacha la mirada, se da cuenta que el
mueble se enconde tras montañas de papeles y objetos que nunca antes
había visto. De entre todos los papeles, uno llama su atención, no
sabe por qué hasta que lo saca del montón. Cuando coge el folio se
da cuenta que hay otro agarrado a este con un pequeño clip. En uno
de ellos se encuentra la foto de una muchacha, según parece está
desaparecida. Audrey no tarda en acordarse de esa chica, iba con ella
al colegio, y era de su misma casa. Nunca habían entablado
conversación, pero no era una chica discreta, precisamente. ¿Había
desaparecido? Tenía entendido que su padre había sido asesinado por
los mortífagos. Aquella noticia no le habría afectado tanto si ese
hombre no hubiera sido un antiguo profesor suyo. La siguiente imagen
le produce asco en el cuerpo y un insulto se pasea entre sus dientes
y la lengua. Como no, Antonin Dolohov marcado como peligroso
mortífago. Que novedad. Lo que no entiende es que hacen ambos
papeles juntos. Unas pequeñas anotaciones en la hoja del muchacho
llaman su antención, pero entonces la voz de Sirius le hace levantar
la cabeza. Deja los papeles y va hacia la sala en la que el muchacho
se ha metido. Cuando se acerca escucha que Sirius no está solo, pero
cuando abre la puerta alguien de desaparece de la pequeña estancia.
- ¿Fuiste tú quien me
dejó la nota? - pregunta la muchacha cuando entra en la estancia y
ve al muchacho avivando el fuego de una pequeña chimenea.
- No – comienza
diciendo mientras se deja caer sobre un sillón – mi misión era
saber que llegabas sana y salva.
Audrey apenas nota el
tono medio burlón que usa el muchacho cuando le responde. Sabe como
es, y en ese momento el lugar le resulta demasiado curioso como para
prestar atención a una pulla. El número del sitio todavía le
desconcierta. Se asoma por la ventana y se pone a contar los pisos
que tiene un edificio colocado justo delante. Siete plantas.
- Pareces nueva en la
magia, Audrey – dice el muchacho al darse la vuelta en el sillón.
- Supongo que los muggles
no nos pueden ver – comenta mientras se dirige al sillón libre
frente a la cálida chimenea. - Y supongo que yo no podía ver el
piso porque... - Deja la frase en el aire, prefiriendo que sea él
quien le responda
- Porque sencillamente no
conocias este sitio. Ahora lo verás siempre.
La sala se queda en
silencio cuando Audrey se dedica a observar la estancia y Sirius a
dar vueltas por la casa, dejando a la muchacha a solas. Piensa unos
minutos en los papeles que ha visto en la entrada. Siente curiosidad
y una fuertes ganas de levantarse y coger de nuevo esos folios, pero
seguramente no sea lo más adecuado. Entonces el desconocido de la
sala vuelve a su mente, justo cuando se desaparece. No consiguió
verle la cara, ni siquiera recuerda con claridad su voz. Todo de su
mente desaparece cuando unas fotos encima de la chimenea captan su
atención. Se levanta sin perderlas de vista. Hay un chico y una
chica solos en una de las fotos, la chica está subida sobre la
espalda del joven, un muchacho con el pelo despeinado y lleno de
rizos. Están felices mientras hacen el tonto. Algo en la foto le
dice que esas dos personas son hermanos. Se queda mirando a la chica.
Le suena bastante, siente que la ha visto en algún sitio, pero en
ese momento no recuerda muy bien el lugar. Justo a la izquierda, esa
misma muchacha con un hombre mucho más mayor. Ambos están sentandos
en una mesa. Cuando se gira comprueba, efectivamente, que es la mesa
que está en esa estancia. La mesa de la foto está llena de papeles
y ambos parecen estar inmersos en una conversación que mantiene a
ambos bastante concentrados sobre unos papeles. Hay una última foto
en la esquina, pero la chica empieza a caminar hacia la puerta de la
sala cuando unas voces llaman su atención. Esa vez no se quedará
sin saber quién es el visitante. Escucha claramente la voz de
Sirius, pero no reconoce la otra voz. Cuando abre la puerta, siente
que sus ojos le están tomando el pelo.
Para alguien tan especial como F. Muchas felicidades.
Espero que lo disfrutes como yo. Te quiere, Andi.
Sentimientos de nostalgia everywhere D:
ResponderEliminarEchaba de menos leer algo tuyo y echo de menos a estos personajes, ains...
Gracias una vez más por permitirnos leerte y felicidades a la homenajeada ^^
Uhhhhh se echaba de menos algo escrito por ti :3
ResponderEliminarY este relato se ve muy interesante frgfgdgfdgsgdfg La pregunta es: ¿Quién es la persona que ve Audrey al final del relato? fdgdgdfgd Dios, que intriga xD Quiero saber qué pasará jujuju
Y por supuesto, leer algo de estos personajes es ffgsgfghgfhfg <3 Qué recuerdos.
¡Besos gigantes, y por supuesto, (aunque ya es tarde), felicidades de nuevo a F! xD
María :3