7.12.10

Félix II

[...]
Se dirigió a la cama, con unos andares sensuales. Félix la estaba esperando, con su pecho al descubierto, sin patalones y unos calzoncillos negros. En la cama, Dina empezó a andar a cuatro patas, y Félix le arrancó el camisón, dejando a la vista su cuerpo y esos adornos rojos que no servían para nada. Bruscamente, Felix la tumbo en la cama, debajo de él, y comenzó a besarle por todo el cuerpo, a veces casi mordiéndole. Al principio era divertido, pero Dina se estaba cansando de los mordisco, que llegaban a ser dolorosos. Intentando deshacerse del hombre, solo consiguió que con sus manos, pequeñas y gordas, trocaran bruscamente sus pechos, haciéndole soltar un débil grito de dolor. Estate quieto, dijo la muchacha con voz imponente apartando las manos de sus pechos como pudo. Pero cuando Félix paró, lo único que consiguió fue una bofetada en su cara, haciéndole sangre en el labio y dejando su cara totalmente roja y con escozor. Intentó salir de la cama, pero el hombre pesaba demasiado. Eres una puta, asi que compórtate como tal, dijo cogiéndola del cuello y acercándola a su cara. La joven señoreta no sabía que hacer, pero ciertamente ese era su trabajo, aun así, debería haber escuchado a sus compañeras, que mas de una vez habían acabado con la cara incluso más roja que la de ella. Se quitó el sujetador rojo y lo tiró al suelo. Y como si de unos dulces se trataran, sin pensarlo dos veces, Félix colocó su boca en ellos. Simplemente, intentó no pensar que ese cerdo estaba manoseándola, ya que después del  golpe que le había propiciado, no permitiría que la volviera a tocar, después de terminar.
De nuevo, la colocó debajo de él, para poder tener unas vistas mejores. Con una gran rapidez, la muchacha se quedó sin la parte inferior de su ropa interior. Félix había quitado el tanga de la muchacha sin muchos problemas, y a continuación, habían sido sus calzoncillos. Sin ganas de esperar, Félix colocó su miembro dentro de Dina, mientras ésta, con cara de frustración, intentaba seguirle el juego. Después de unos minutos, Dina se encontraba encima de él, moviendo sus caderas para poder terminar cuanto antes. Mientras, el hombre le estaba dando unos cuantos manotazos en sus muslos femeninos, suaves y delicados, dejándolos totalmente rojos. Por fin habían terminado, pero Félix no estaba satisfecho. Lo hicieron tres veces, sin parar. La pobre chica estaba tan exhausta que simplemente, en el ultimo momento, dejo que hiciera con ella lo que el quisiera.
Cuando por fin terminaron, se escuchó una voz cansada, no he visto que te pusieras el preservativo. Él, mientras se colocaba el cinturón y se lo abrochaba, soltó una risilla de satisfacción. No tenía tiempo, dijo Félix mientras tomaba su camisa y se la comenzaba a poner. Dina, asustada, intento buscar el envoltorio, pero, efectivamente, no habían usado protección. Se levantó de la cama con la sábana cayendo y formando  sus curvas, y con el puño cerrado y enfadada, se dirigió a él y le propino el manotazo más fuerte que jamás había dado. !Conoces perfectamente las normas! gritaba la muchacha mientras él solo se enfadaba porque le había golpeado. Intentando calmarse, miro a la chica, y antes de que le volviera a dar otro golpe en la cara, cogió su muñeca y la apretó muy fuerte, evitando que así, escapara. Yo no soy el que se quedará con un bastardo en la barriga. Dina se sentía impotente, ese era el único trabajo que tenía, y no lo podía perder, y tampoco deseaba abortar, si era necesario. Podría afectar a su  trabajo. Félix la soltó a regañadientes, no queria seguir allí metido. Pero justo cuando estaba abriendo la puerta del cuarto para marcharse, Dina salió corriendo y gritando, !Hijo de puta!, con intención de darle otro manotazo, pero se le adelantó, y fue tal el golpe que recibió la pobre muchacha, que cayó al suelo, con la boca sangrando y además, golpeándose la cabeza.
EL insulto se pudo escuchar en todo el burdel, dejando a las chicas mirando hacia el cuarto, y unos segundos después, pudieron escuchar el fuerte golpe que recibió su compañera. Muchas de las señoretas, asustadas, se dirigieron hacia Madame, que tenia intención de ir al cuarto, cuando vio a Félix salir de él. Como te..., comenzó a decir una de ellas, pero Madame la cortó. Cuando el hombre terminó de bajar las escaleras, Madame estaba al final de ellas, con un rostro de enfado que nunca antes habían visto sus chicas. No pienses que esta noche te voy a pagar, puta, exclamó mientras se abrochaba su chaqueta de cuero y todos en el burdel lo miraban con deprecio. No pienses que vas a volver a entrar aquí , acabó diciendo Madame, con sus señoretas alrededor de ella, enfadadas, y haciendo que parara en seco en la puerta antes de salir. Pudo escuchar una risa burlona en él. Subieron corriendo al cuarto. Dina se intentaba incorporar, y la ayudaron, incluso algunos clientes decidieron subir a ayudar. Esa muchachas, pese a su trabajo, eran buenas personas, y muy queridas por los hombros, y siempre eran tratadas con respeto y nunca habían sido insultadas o maltratadas, pero con Félix era distinto, y ese había sido su último viaje al burdel.
El sábado siguiente habían confirmado que Dina no estaba embarazada, y cuál fue la sorpresa de Félix, que al llegar al burdel, se encontró con un portero, alto, robusto, 4 veces él de ancho y otras cuatro de alto. Sus músculos eran tan grandes como el pequeño y gordo Félix, con una barriga que no le permitía ver sus propios pies mientras andaba, implantes absurdos de pelo y dientes casi amarillos. Solo le faltaba el palillo en la boca. Intentó hablar con el robusto portero para que le dejara entrar, cuando salió Madame. Qué significa esto, exigió el hombrecillo saber, como si él fuera el dueño de aquello. Por suerte, no lo era. ¿Vaya, vaya, quién es ahora el impotente?. Era Dina, y jamas se había sentido tan "poderosa" como en ese momento. La cara de Félix era indescriptible, había que estar ahí para poder entender la satisfacción de las chicas y la impotencia de él. Decidió marcharse sin decir ni palabra, había perdido en su juego preferido. Cuando se disponía a salir del callejón escuchó a lo lejos !Esta ronda será gratis!, y a continuación, miles de gritos inundaron el callejón de alegría.

Gracias por leerlo, espero que hayáis disfrutado.
Y perdonad que sea tan largo.

3 comentarios:

  1. de disculpas nada! me ha encantado leerlo ;) está genial y defines los detalles con una exactitud...que muchos quisieran jeje

    P.S: me gusta tu "BSO" xD

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  2. xDDDDD Me gusto el P.S jajajaj! Creo que una de las cosas que mas me gustan a la hora de escribir, es la descripcion, me encanta (creo que se nota) antes que los dialogos y cosas de esas, porque quiero que la gente pueda imaginar lo que yo quiero de verdad :D Pero no creo que sea para tanto xDD

    Gracias wapa, tu cap. genial!

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  3. pues la verdad es que a mi es lo que más me cuesta, las descripciones :/
    jajaj gracias por el capi¡

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