Escoge una ship/OTP y escribe sobre ella.
Hace apenas un par de días tuvo
lugar la competición, y sin embargo algo dentro de él le hace sentir como si
hubiera sido hace semanas. Puede que sea por el hecho de que no vaya a poder
nadar en mucho, mucho tiempo. O quizás porque en realidad hace tiempo que dejó
de poder nadar, pero aún siguió intentándolo, y como consecuencia, haciéndose
daño. Siente que algo dentro de él está roto, o vacío, o ambas. La natación
siempre ha sido parte de su vida, ¿cómo se puede seguir viviendo sin una parte
de ti? Es como si le quitaran el respirar, como si le arrancaran media vida. Hace
tiempo que se hizo a la idea de que tendría que dejarlo, puede que de manera
definitiva. Y sí, ahora ya lo tiene asumido, pero eso no quita que le duela. Cuando termina de guardar las cosas en su maleta
y solo queda un cuarto sin vida y cuatro paredes, necesita sentarse en la cama.
No piensa en nada en concreto, tampoco quiere hacerlo. Tan solo siente como esa
habitación ya no le pertenece y se va a llevar los recuerdos consigo. Sonríe cuando
piensa en Rin y en todas las charlas nocturnas que tenían hasta deshora. En todas
las risas, las discusiones y los enfados. Respira hondo y en el fondo se siente
bien, porque todo ha terminado como debía.
Unos golpecitos en la puerta del
dormitorio llaman su atención y levanta la vista del suelo. Aunque no le
desagrada para nada, se encuentra con la última persona que esperaba ver. Se levanta
de la cama cuando ve a la muchacha parada en el marco y recorre su figura
completa en apenas unos segundos que le hacen lamentarse haberse distanciado de
ella sin excusa alguna.
—Hola —dice con un tono dulce y
tranquilo, y por un momento siente que le ha perdonado todo—. Rin me dijo que
todavía estabas aquí. ¿Molesto?
—Claro que no, pasa.
Sousuke aparta un poco las maletas
para dejarle paso y deja la puerta entreabierta. Cuando la muchacha pasa a su
lado, un olor dulce y agradable llega hasta él. Su cabello, del color del vino,
sigue exactamente igual a como lo recordaba, aunque más largo y bonito. Lo
lleva recogido en una coleta alta y no puede evitar pensar lo bien que le
quedar.
Es verdad que hace tiempo dejó de
verla como la hermana pequeña de Rin, de su mejor amigo. Pero fue algo que no
pudo controlar. No recuerda cuál fue el momento exacto, simplemente un día
pensó lo guapa que era. Desde pequeños han estado juntos y nunca pensó que
sería capaz de verla como algo más, pero está claro que se equivocaba. Desde hace
mucho tiempo se equivoca en muchas cosas. Quizás debería dejar de lado la
cabezonería esa suya. Debería dejar de negar las cosas evidentes.
Se mantienen en silencio unos
segundos, como intentando acomodarse al hecho de haber estado tantos meses sin
verse o hablarse. Se da cuenta que la echaba de menos y quiere decirlo, en voz
alta y clara.
—Enhorabuena por la competición —consigue
decir la chica, dándose la vuelta para mirarle directamente—. Siento que no quedárais
primeros.
—No siempre se puede ganar —dice
con una sonrisa nerviosa, sintiendo que acaba de decir la estupidez más grande
de toda su vida—. Pero gracias.
—Quise decirte esto el día de la
competición pero los chicos dijeron de ir a celebrarlo y…
—Tranquila, no pasa nada.
La chica siente que lo dice de
corazón, que no pasa nada porque no lo hubiera buscando antes. De todos modos,
dejaron de hablar por su culpa, el que tendría que disculparse debería ser él.
—Cómo llevas los exámenes de
ingreso.
Los dos saben que están incómodos y
que hay que hacer algo para remediarlo, pero ninguno se atreve a dar el paso.
Sabe por qué Gou está ahí, y no sabe si alegrarse o no.
—Bien, aunque voy un poco retrasado
con el estudio.
—Ahora que han terminado las
competiciones ya no tendrás excusa —la muchacha se acomoda en la cama inferior
de la litera y observa al chico desde abajo.
—Ya.
Es todo tan absurdo que Sousuke
empieza a ponerse de los nervios, y sabe que ella también. La imita y se sienta
a su lado. Ambos quedan en silencio durante unos segundos eternos mientras
Sousuke puede oler el perfume de la chica por toda la habitación.
—Siempre has sido un cabezota —dice
de repente ella, aunque sin llegar a sorprenderle, como si hubiera estado
esperando ese momento desde hacía mucho tiempo.
Ambos sonríen, aunque con triste. Sabe
por dónde va encaminada ahora mismo la conversación, y sabe que es ella la que
controla la situación, y en realidad se lo agradece. Hace tiempo que dejó de
ser lo suficientemente fuerte como para afrontar las cosas cara a cara, aunque
espera recuperarse de una carencia así poco a poco.
—¿Por qué me apartaste?
Gou no ha ido ahí para recriminarle
nada ni nada demostrarle como le ha odiado durante todo este tiempo. Solo quiere
respuestas, y quiere saber si hay un camino nuevo por el que puedan ir juntos,
aunque sea muy despacio. Y llegar al punto en el que estaban antes de todo,
antes de que él se encerrara en si mismo.
—No lo sé —su voz suena triste y
castigada —. Primero me enfrasqué en la natación, quería ganarlo todo y creía
que podía hacerlo solo. Y después…
La chica le mira y él es incapaz de
devolvérselo, porque si lo hace sabe que va a llorar. Lo nota.
—Rin me lo ha contado todo.
Ambos saben lo que implica eso y
Sousuke tiene que tragar saliva.
—Me lo dijo unos días antes de la competición
—lo dice sin ni siquiera una pregunta, porque no la necesita—. Quise hablar
contigo pero pensé que no sería buena idea.
Observa al muchacho en silencio y
por una vez en su vida le gustaría saber qué piensa otra persona. Le gustaría
meterse dentro de su cabeza y saber por qué es tan cerrado, por qué la dejó de
lado y por qué no quiso volver.
—Sousuke —siente la necesidad de
llamarlo, como si quisiera recuperarlo de un trance en el que se ha metido él
solo. Agarra una de sus manos entre la suyas y la aferra con fuerza—. ¿Por qué
no me lo dijiste? ¿Por qué no me dijiste que te habías lesionado?
—Lo intenté. Quise llamarte varias
veces, pero siempre me acababa echando para atrás.
—¿Por qué? —nota la preocupación en
la voz de la chica y todo le duele más.
—Después de dejar de hablarte sin
más, no creía que quisieras saber nada de mí.
—Primero, eras mi amigo y jamás te
habría dejado solo en algo así. Y segundo —la chica traga saliva y hace fuerza
para contenerse las lágrimas cuando piensa en todo por lo que ha tenido que
pasar el chico— sigues siéndolo, por si te interesa saberlo.
Cuando escucha esas palabras, unas
de las piezas que se había roto dentro de él, parece que vuelve a su forma
original. Con mucho pegamento y mucho trabajo, eso sí. Mira a la chica a los
ojos y los dos están a punto de llorar. Le devuelve el apretón de mano y le
sonríe de verdad.
—Lo siento —consigue decir con un
nudo en la garganta.
Gou suelta sus manos y se le aferra
en un fuerte abrazo. El chico se lo devuelve, agarrándola por la espalda y
notando el aroma de la chica mucho más cercano, casi como si pudiera formar
parte de él. Es incapaz de saber cuánto la ha echado de menos. Mucho es
quedarse corto. Es algo que no se puede medir, es algo que solo se siente. Gou
era uno de esos trocitos que estaban rotos por dentro y que se le clavaban de
vez en cuando, pero ya no más.
Y por un momento que se hace
eterno, la chica vuelve a sentirse revivida. Le aferra con fuerza, como si no
lo quisiera soltar nunca, intentando recuperar todo el tiempo que han estado
separados. Las lágrimas se le escapan por los ojos y sabe que no es la única
cuando escucha a Sousuke sorber con la nariz. Le abraza con más fuerza y el
chico se lo devuelve, ocupando toda su espalda al completo con sus brazos. No se
dicen nada más y los dos saben que se han echado de menos. Hace tiempo que el
muchacho dejó de ser solo el mejor amigo de su hermano y pasó a ser Sousuke. Pero
entonces él se alejó y se encerró en una habitación solo, hasta ahora.
Hay un punto en el que el abrazo
deja de ser triste y pasa a ser un mero gesto de cariño en el que los dos están
cómodo y quieren permanecer así lo máximo posible.
—No lo vuelvas a hacer —dice Gou de
repente, justo a la altura del oído del chico.
—No.
—Prométemelo.
—Te lo juro.
Y sellan el juramento con otro
abrazo más fuerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario