17.10.16

DIA 5



 Escribe un relato inspirado en una canción



Cuando golpea el rostro del tipo nota como la nariz se rompe bajo sus nudillos y un chute de adrenalina le llena de pies a cabeza. La sangre le salpica y parece agua bendita. El tío cae al suelo quejándose y llorando como un crío de cinco años que se ha arañado las rodillas al caerse de la bicicleta. Patético. ¿Y estos eran los chulos que estaban atormentando al pueblo? 

El segundo hombre corre hacia ella con una navaja tan grande que podría hacerse pasar por un cuchillo jamonero. Alguien tiene complejo de tamaño. Estira la pierna y le planta el pie sobre el pecho, empujándole con fuerza contra el muro y escuchando como sus huesos se resienten y como ese capullo se convierte en Nenaza nº2. Nenaza nº 1 sigue tirado en el suelo, gritando por su nariz y por su orgullo varonil, incapaz de ayudar a sus compañeros a “darle” una paliza. 

Nenaza nº2 se recupera de su golpe y vuelve a correr hacia ella, gritando como un animal que ha perdido el control. Como si convertirse en un orangután le fuera a ayudar. Desde el día que decidió que los eliminaría de su ciudad, estaban perdidos. No puede creer que la policía haya sido incapaz de pillar a estos imbéciles. Quitarle una piruleta a un crío es más difícil solo por su cabezonería. 

De repente, Nenanza nº2 tira su inútil arma y saca otra, moviéndola en el aire con velocidad y haciendo giros absurdos que supone servirán para subir su ego. La chica apenas tarda un segundo en reconocer el arma: una navaja de mariposa.

—Eh, yo tuve una de esas —dice con una sonrisa en los labios, recordando los buenos tiempos con su padre—. Cuando tenía seis años. 

El hombre parece ignorarla y sigue girando el arma entre sus dedos. Camina hacia ella y empieza a atacarla, aunque sin mucho efecto. La chica se deja impresionar un poco y está un rato esquivando los ataques. En uno de los ataques, consigue agarrarle el puño en el aire y le roba la navaja, haciéndose con ella y presumiendo de agilidad.

—Creo que estoy un poco oxidada —dice mientras mueve el arma a tal velocidad que el hombre acaba sacando una pistola y le apunta a la cabeza, aunque solo consigue perder el arma y un dedo—. Maleducado. 

Nenaza nº 2 grita con todos sus pulmones y le propina una patada en la cara para que se calle. La chica se queda observando el panorama de los dos tíos en el suelo, soltando gemidos y llantos y echa los ojos al cielo. Cada día el panorama de delincuentes es peor. O que ella es mejor, aunque eso es evidente cada día. Les ata las manos a la espalda y los arrastra hasta una esquina como la basura que son. Llama a la policía y espera escondida hasta que el coche de patrulla aparece y se los lleva. Con una sonrisa de satisfacción, vuelve a su casa. Hoy tocaba noche de pelis y palomitas con su padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario