27.7.12

Canción novena



Se ata con fuerza las delicadas bailarinas, con sus cuerdas alrededor de los tobillos que tantas veces se ha doblado y se prepara. Eleva los brazos al aire, los estira con fuerza hasta que oye como su columna resuena tras sus oídos. Hacia delante y hacia atrás, casi con giros completos en sus hombros. Se levanta lentamente, sin dejar de tocar la punta de sus pies con los dedos de las manos. Las piernas le queman, pero no se rinde ante el dolor y sigue sin despegarlos. Coge aire, coloca las manos en el suelo y doblando un poco su cuerpo consigue erguirlo en el aire, al revés del mundo. Hacer el pino era lo que mejor se le daba, podría ir por la calle andando así. Sus ojos no pierden de vista las manos pegadas al suelo. Los brazos le tiemblan durante unos segundos pero consigue dominarlos y sus piernas se ponen rectas para luego ir abriéndose poco a poco en el aire. Vuelve a coger aire y poco a poco echa sus piernas hacia delante, haciendo una curva perfecta con su cuerpo. Sin un temblor, sin un movimiento fuera de tiempo. La canción empieza y con ello su baile. Sus brazos se mueven ágiles, no parecen pesar, y sus manos con movimientos elegantes y tranquilos dejan la estela de su baile. Su cuerpo delgado y ágil te hipnotiza con cada paso que da. Se mira en el espejo, asegurándose que cada paso es el correcto. Cuando salta parece flotar en el aire, parece quedarse quieta para poder ser contemplada, como si todo fuera a cámara lenta. Parece un cisne. Sus manos abrazan la barra de madera y se ayuda de ella para hacer sus movimientos mucho más perfectos. Porque lo que ella y el baile necesitan es la perfección. Los recuerdos vienen a su mente en cuanto sus yemas acarician la madera suave y barnizada. Los enfados de su profesora en su cabeza, el dolor de sus tobillos los siente como si se hubiera caído en ese momento y visualiza las manos de sus compañera, que la ayudan a levantarse para seguir luchando. La canción va terminando, se la sabe de memoria, es la canción que ha usado siempre para calentar su cuerpo antes de un baile importante. Sus brazos, formando una cruz sobre su cabeza, bajan lentamente hasta quedarse paralelos a su cuerpo. Se mira en el espejo, vislumbra su futuro. Será una gran bailarina, la mejor de su temporada, y nadie lo puede negar. De hecho, todos los dicen, sus compañeras, sus profesores, su familia, sus amigos, el jurado que decidió que merecía la beca. Todos. Sonríe a su reflejo, porque la única persona que no confía en ella es ella misma. A pesar de haber conseguido todo lo que siempre ha querido no cree merecer esa beca ni ninguna de esas palabras de ánimo que ha recibido. Se da media vuelta intentando convencerse de su potencial y recoge sus cosas. Lo hace lentamente, no quiere dejar la escuela. Ha pasado prácticamente toda su vida dentro de ella y ahora la dejará para siempre. Pero lo debe hacer si quiere crecer. El baile es su vida, pero no podrá ganársela si no sale de aquel lugar. Su padre estaría orgulloso. Mira por última vez la barra de la que tantas veces se ha ayudado para levantarse y apaga la luz de la sala para siempre. Sus ojos revisan por última vez el lugar. Los papeles de las paredes, las puertas de las demás clases, las ventanas, las luces, los premios de las vitrinas. Su vida ha sido ese lugar. 

      - ¿Estás lista? - escucha delante de ella. Es su madre, su profesora y su apoyo. 
      - Si - suelta todo el aire de sus pulmones y coge la mano de su madre. 

Las puertas del majestuoso edificio se cierran tras ambas mujeres y la más joven no puede evitar mirarlo por última vez, notando como una lágrima se derrama cuando mira hacia las ventanas de las clases y ve a todas sus compañeras gritando su nombre y despidiéndose de ella. Eso era lo que necesitaba. Sonrie y entra al taxi que la llevará hacia su futuro. Hacia la vida que siempre ha buscado. 

3 comentarios:

  1. Dios tía no me creo que hasta haya llorado, ¬¬ me has hecho recordar algo muy reciente y pf la música cada palabra cada... ¿Pero tú de que vas? ¿Crees que puedes escribir cosas así? No no, te lo prohíbo enserio ! Jajajaj Deja de escribir tan bien joder, que no se te puede corregir nada. Leído y leído y que mejor que esa canción. Siempre pienso que no me sorprenderás más y ahí estás de nuevo para conseguirlo. Ya mejor no digo nada, que a saber con qué me vendrás la próxima. Grandísima PELIRUBIA ! Mil besos volados ^^

    ResponderEliminar
  2. Aquí de trotamundos.
    Me ha gustado. Todos, en algún momento debemos creer lo que somos, pero eso ya lo has dicho. Fantástico jojo.

    ResponderEliminar
  3. Dios mío, justo en el momento en el que ha apagado las luces he sentido cómo mis vellos se ponían de punta. Y encima esta canción le da un toque que hace que me entren ganas de llorar xDDDDD
    Y no sé por qué, pero presentía que la madre era su profesora xDDDDD

    Me ha encantado, como todos tus relatoooos :3 VOY A POR EL DÉCIMO <33
    Muchos besos gigantes, Maaaaaría :3

    ResponderEliminar