30.7.12

Canción décima


Las luces de la ciudad se veían a través del gran ventanal de la habitación, con las cortinas bien escondidas para no necesitar de la luz del lugar para poder ver lo justo y necesario. Y una sombra cortaba el paso de unas pocas luces. Solo se veía eso, una sombra alta, con curvas que incitaban al pecado y unos tacones enviados por el diablo. Con brazos cruzados observaba el paisaje, pero apenas le daba importancia, no podía perder su valioso tiempo en cosas tan banales como las luces de una ciudad en plena noche. Sentía como el frescor de la habitación acariciaba su cuello desnudo mientras el gran moño seguía intacto en su cabeza, con todos los pelos en su sitio. De la fuerza que le hacía sentía que de un momento a otro la piel se le iba a despegar de la piel, lo curioso era que se había acostumbrado y le gustaba esa sensación. Su cabeza daba vuelta, no paraba de repasar una y otra vez. Debía salir perfecto, como siempre. Nunca había fallado, obviamente, por algo le pagaban. Sin embargo los nervios era algo que nunca había controlado de sí misma y lo odiaba más que cualquier otra cosa. ¿Qué imbécil no podía controlar su propio cuerpo? A parte de los salidos con los que trataba, claro. Unas campanadas empezaron a sonar e hicieron que la mujer se dirigiera hacia una de las mesillas auxiliares junto a la cama. Se sentó en la cama, como siempre, abrió el cajón y se termino de acicalar. Un frasco del tamaño de un pulgar se sostuvo sobre sus afiladas manos y después empapó su cuello en un aroma tan perfecto como su peinado. Con cuidado lo dejó en su sitio para a continuación, y sin perder la costumbre, coger un espejo redondo y una barra de pintalabios del tono rojo más fuerte. Y justo en el preciso momento que su labio superior era marcado por el color, la puerta de la habitación se abría. Discretamente giró el espejo para ver a su acompañante y seguir pintándose los labios. Cerró el cajón con cuidado, con todos sus objetos dentro, y se dirigió hacia el hombre, que se encontraba dejando su chaqueta sobre uno de los sillones tan majestuosos que adornaban la habitación. No había sido difícil camelarse a ese tipo, adinerado, amargado por su mujer y con un trabajo que apenas le dejaba tiempo para respirar. Estaba claro lo que necesitaba. Lo agarró de la corbata, empujándolo contra la cama y se coloco sobre él. Cuanto antes empezaran antes terminarían.

- Está mucho mejor tirado en el suelo - le dijo una voz adormilada, mientras unas manos fornidas y calientes le                      arrebataban el sujetador que había empezado a ponerse. La tumbó en la cama y se colocó sobre ella para que no escapara, juntando sus bocas una vez de más. Pero se apartó corriendo cuando la joven le hizo sangre en el labio.
- ¿Sabes que dicen de las mujeres? - le preguntó divertida mientras el hombre sonreía y se limpiaba la sangre.
- ¿Qué sois peligrosas? - la chica no pudo evitar soltar una risilla ante su tono mientras le limpiaba el labio con uno de su pañuelos de la suerte. Vio como aspiraba el olor que el pañuelo transmitía y sonrió.
- Que nos gusta el veneno como arma - susurró a su oído, dejándolo desconcertado aunque lleno de curiosidad. 

La muchacha se volvió a levantar y esta vez si pudo colocarse el sujetador, pues la fuerte tos que le había dado a su amante lo había distraído. Escuchaba atenta, como la voz era cada vez más ronca. Con cuidado una sonrisa tímida apareció en su rostro mientras se subía la cremallera lateral de su ajustado vestido azul eléctrico. Se dirigió hacía la gran mesa de cristal que presidía la habitación y rellenó un vaso con agua fresca. Se lo entregó al hombre, que parecía querer darle las gracias, pero la tos no cesó ni un segundo. Y a pesar de haber cesado con la tos pudo escuchar con tranquilidad como al hombre le costaba cada vez más respirar, como si alguien lo estuviera ahogando. O más bien algo. Se giró para mirar al hombre mientras terminaba de abrocharse el aparatoso abrigo de pelo. Por unos segundos el hombre parecía desconcertado, pero en seguida pudo ver en sus ojos como había entendido la situación. Y sonrió satisfecha, no había nada mejor que hacer el trabajo correctamente. Entonces se encaminó de golpe hacia la puerta, pues la parte de la espuma en la boca era lo que menos le gustaba. 

- Haz el favor de no ensuciar demasiado - le dijo mientras terminaba de colocarse uno de los guantes de cuero sin mirarle a la cara. Le lanzó un guiño cariñoso y cerró la puerta. Caminó por los pasillos del hotel con la cabeza bien alta y haciendo que sus zapatos despertaran al mismísimo demonio, pues él la había metido en aquello. 



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Bueno, por fin la canción  décima. Espero que hayáis disfrutado
tanto como yo y que os unáis al proyecto como han hecho muchas. 
No sé cuando publicaré la once, quiero que sea especial y me quiero
currar mucho el relato, si lo hago bien creo que será   genial. Gracias
a todos por haberos molestado en leer los relatos y haber firmado :3

6 comentarios:

  1. O.O ¿Pero qué ha sido eso? Te juro que en ningún momento me esperaba algo así, es que vamos, me he quedado con la boca abierta. I M P R E S I O N A N T E !! Ala, pero qué pasada enserio, y las palabras del final... Me he quedado totalmente descolocado. Bravo ! Jajaja Te has lucido eh, habrá que ver esa última canción. Besos volados.

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  2. Me gusta el carácter de esta chica en el relato.
    Y la parte en la que están en la cama hablando me encanta, aunque no me imaginé que el pañuelo estaría envenenado, porque supongo que era el pañuelo xDDD
    Está genial, este relato también me tiene enamorada xDDDDD
    Me casaré con todos MUAJAJAJA

    Juju ya sólo queda uno, seguro que estará genial, como todo lo que escribes :33
    Besos gigantes, María <33

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  3. ¿Sabes qué te digo? QUE ME ENCANTA. OSEA, DIOS. Brrrrrrrrrrr, ¡quiero que sigas hablándonos de esta mujer! En serio, sería genial una continuación :3 (La canción es ñlasdkfñaskdñk y va perfecta, por cierto). Es uno de los relatos tuyos que más impacto me han causado :) GENIAL, GENIAL, GENIAL, Andi :3
    ¡Un besoooooo!

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  4. Muy hermoso es tu blog!
    me encanto, el texto esta muy bueno.
    te sigo :).
    saludos desde mi castillo.
    www.mi-mundo-flash.blogspot.com.ar

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  5. A ver, a ver, tengo varias cosas que decir:
    Primero en cuanto a la entrada, me ha dejado totalmente IMPACTADA. No me esperaba para nada un final así, es increíble.
    Segundo, me parece muy original la idea de escribir entradas a partir de títulos de canciones. Puede que dentro de poco yo también me anime, si no te importa, claro.
    Tercero, tu blog en general, es perfecto, me encanta cómo escribes, no sé cómo no lo he descubierto antes.
    ¡Un beso!

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  6. Vale, me ha encantado. Hacía tiempo que no me pasaba por aquí porque no tenía internet. Me has dejado impactada, no se, la música esta totalmente acorde con la historia que a pesar de tener poca extensión es rápida. Sigue así :))
    Por cierto te dejo mi QUINTA canción http://formulassimplesconazucarsalado.blogspot.com.es/2012/08/quinta-cancion.html que últimamente no tiene muchas visitas pero si entráis vosotras me quedo más que satisfecha. Besos!

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